domingo, 22 de junio de 2008

El error de Hitler, la venganza de Stalin

Hoy se cumple el aniversario del comienzo, en 1941, de la "Operación Barbarroja", el nombre en clave de la invasión de Rusia por parte de la Alemania Nazi. Tres años después, las fuerzas soviéticas iniciaban una gran ofensiva.

E L 22 de junio de 1941, hace ahora 67 años, la Alemania nazi comenzó la invasión de la Rusia soviética, a la que le ligaba un pacto de no agresión. El 22 de junio de 1944, hace ahora 64 años, los soviéticos iniciaron una gran ofensiva contra el ejército central de las fuerzas germanas en lo que ahora es Bielorrusia.

A diferencia de otro doble aniversario en la guerra del Pacífico causado por el azar, el que ahora recuerdo en este artículo fue deliberado. Stalin y el Estado Mayor soviético esperaron varios días para llegar al 22 de junio y comenzar la más potente ofensiva que habían lanzado hasta entonces. Porque con esa fecha aludían al ataque de 1941 y a lo mucho que habían cambiado las cosas. Esta vez eran ellos quienes daban la sorpresa.

Puede ser útil recordar ese doble aniversario y sus consecuencias respectivas porque en España la información sobre la guerra del Este, como solía llamarse en aquel tiempo, fue incompleta y muy parcial. Recuérdese que en cuanto atacaron los alemanes, Franco envió una división - denominada Azul - al frente ruso para combatir junto a ellos. La retiró en noviembre de 1943, cuando las conquistas nazis eran cosa del pasado y el incontenible avance ruso una realidad.

Solo después del franquismo y de la apertura de los archivos soviéticos por el final de la dictadura comunista en la URSS, hemos podido disponer de libros documentados sobre la guerra de exterminio que durante tres años y once meses enfrentó a dos enormes conjuntos de ejércitos y causó más de catorce millones de muertos, la mayoría entre la población civil y las tropas rusas (así se llamaba en la prensa occidental a las fuerzas soviéticas).

Orígenes

Por diversos testimonios se ha sabido que la idea de atacar a Rusia se le ocurrió a Hitler en el verano de 1940 al ver que Inglaterra seguía la guerra a pesar de la fulminante derrota de Francia en el mes de mayo. Se esperaba, en Alemania y fuera de ella, que el Führer ordenase a su ejército cruzar el Canal de la Mancha y conquistar la Gran Bretaña, como acababa de hacer con otros cinco países.

Pero durante el verano de aquel año la inesperada y eficaz resistencia de los cazas británicos a los bombarderos de la Luftwaffe, unida a la resuelta actitud de los ingleses personalizada por Winston Churchill, sorprendió mucho a Hitler. Según dijeron algunos de quienes le escucharon llegó a la conclusión de que el gobierno británico esperaba que la URSS entrara en guerra con la Alemania nazi. Por tanto, una manera de conseguir que Inglaterra aceptase la paz propuesta por él sería privarla de esa esperanza mediante una rápida campaña contra los rusos.

Por supuesto, había también otro aspecto fundamental. La invasión de la URRS iba en la dirección que Hitler expuso catorce años atrás en Mi lucha. Allí afirmaba que el futuro del pueblo alemán estaba en el Este, donde existía suficiente espacio geográfico para el desarrollo de la Gran Alemania, destinada a durar mil años. Los habitantes rusos de esas tierras serían expulsados o quedarían como siervos de los alemanes.

La decisión

En septiembre de 1940, Hitler aplazó la invasión de la Gran Bretaña y ordenó a su Estado Mayor preparar el ataque a Rusia para la primavera del año siguiente. Los términos detallados de la Operación Barbarroja (así se le llamó) quedaron establecidos en la directiva militar de 18 de diciembre de 1940. Indicaba que se trataba de una campaña rápida, a terminar antes del invierno de 1941. Hitler aseguró a sus generales que no habría guerra en dos frentes porque después de derrotar a los comunistas, Inglaterra, viéndose invadida o a punto de serlo, aceptaría las condiciones que él fijara.

El cálculo de Hitler puede considerarse ahora complicado y autoengañoso (los ingleses esperaban que Estados Unidos, no la URSS, entraran en la guerra) pero cuando se puso en marcha tenía cierta lógica, como ha explicado el historiador británico Ian Kershaw en un libro reciente. Y debe reconocerse que de haber tenido éxito en la campaña del Este, las cosas podrían haber sido como el Führer imaginaba.

Pero hoy día se considera que la invasión de Rusia sin vencer antes a Inglaterra fue uno de los dos mayores errores de Hitler en la guerra que él inició. En el lado opuesto, otro enorme error fue la actitud de Stalin al despreciar los numerosos avisos sobre los planes de invasión alemanes que llegaron al Kremlin durante los meses, semanas y días -el último el 21 de junio- previos al ataque. Stalin se negó a creer ninguno de ellos, fuera de quien fuese. El recibido de Churchill en mayo le confirmó en la idea de que los ingleses eran los autores de aquella "campaña de desinformación". Así, el propio jefe de la URSS fue en parte responsable de las grandes derrotas iniciales de la campaña.

A pesar de la destrucción de varios ejércitos soviéticos y dos millones de prisioneros durante el verano de 1941, los rusos pudieron evitar en diciembre la caída de Moscu y lanzar una gran ofensiva en el muy frío invierno del 41 al 42. Que los soviéticos atacaran con fuerza después de sufrir la hecatombe inicial constituyó una amarga sorpresa para los altos mandos alemanes. Se dieron cuenta de que la "campaña rápida" iba a ser mucho más larga y mucho más dura que lo previsto por Hitler.

Stalingrado y después

Pasado el invierno, los ejércitos alemanes desplegados en la inmensa URSS siguieron obteniendo victorias en 1942, esta vez en el sur, donde se hizo un gran esfuerzo por llegar al Mar Caspio y a los pozos petrolíferos de la región. Pero, además, Hitler se empeñó en conquistar Stalingrado y esa fue una equivocación estratégica fatal. Los rusos utilizaron la ciudad como cebo y el Sexto Ejército de Von Paulus quedó aprisionado en una asfixiante tenaza. Los mandos germanos no pudieron romper el cerco ni impedir la rendición de todos los supervivientes (2 febrero 1943). Lo que sí lograron fue una retirada ordenada del territorio conquistado en los meses anteriores.

En 1943, Hitler intentó recuperar la iniciativa militar y fracasó. Los generales soviéticos habían aprendido de sus derrotas de 1941 y, dotados de muy abundante material construido en fábricas trasladadas lejos del frente -más los envíos norteamericanos de camiones- batieron a los alemanes en una serie de terribles batallas alrededor de Kursk. A partir de ahí, julio de 1943, las ofensivas soviéticas se sucedieron unas a otras sin cesar, reconquistando la mayor parte del territorio ocupado por la invasión germana.

Y así se llegó al 22 de junio de 1944. La ofensiva rusa iniciada ese día -Operación Bagration, nombre de un general ruso que en 1812 luchó contra Napoleón- duró hasta finales de agosto y, por sus dimensiones, sobrepasó a todas las anteriores. El objetivo del mariscal Zhukov, su brillante jefe, era doble. Por un lado destruir el ejército alemán del Centro, el más poderoso del frente alemán. Por otro, reconquistar los últimos territorios soviéticos ocupados por los alemanes.

Cuando terminó Bagration, los rusos estaban frente a Varsovia (a la que no ayudaron cuando la Resistencia polaca de la capital atacó a los alemanes) y se hizo el balance de la operación. Cuatro ejércitos soviéticos, con un total de más de dos millones de combatientes, habían eliminado a casi 30 divisiones alemanas (unos 300.000 hombres). También habían destruido 2.000 tanques, 10.000 cañones y más de 50.000 camiones. Y todo el territorio ruso estaba libre de sus ocupantes. A partir de finales de agosto del 44, el Estado Mayor alemán supo que la guerra estaba perdida. La única incógnita era cuando aceptaría Hitler esa realidad.

Diferencias y errores

Tan enorme batalla recibió poca atención de la prensa occidental. En aquellas semanas todo su interés estaba concentrado en el frente abierto por el desembarco aliado en Normandía. Precisamente, la comparación entre una y otra batalla, de parecida duración y similares fechas, ilustra la diferencia entre ambos frentes. A comienzos del verano de 1944, los alemanes tenían destacadas 31 divisiones en Francia y 28 en Italia mientras que en el Este había 169. Si los aliados debieron hacer grandes esfuerzos para vencer a las que tenían frente a ellos en Normandía, puede imaginarse lo que hubiera sido combatir contra todo el ejército alemán

Contemplando la Segunda Guerra Mundial en perspectiva se ve que 1941 fue decisivo porque Hitler cometió su segundo gran error en aquel mismo año, al declarar las hostilidades a Estados Unidos el 11 de Diciembre, cuatro días después de Pearl Harbor. El pacto tripartito entre Alemania, Italia y Japón no le obligaba a entrar en guerra porque en sus cláusulas se estipulaba que eso ocurriría en caso de ataque a cualquiera de los tres firmantes y Japón no había sido atacado. Al revés, fueron sus aviones los que hundieron a los acorazados norteamericanos.

Así, al comenzar 1942 la Alemania de Adolf Hitler estaba en guerra contra las tres mayores potencias del mundo. El 8 de mayo de 1945 firmó su rendición, una semana después del suicidio de Hitler en Berlín, tomado por los rusos. La prometida Gran Alemania de un milenio había durado 12 años, 3 meses y 8 días. Poco tiempo pero suficiente para destrozarla.

Vía| Diario de Navarra

2 comentarios :

  1. Esta buena la informacion nos parece buena para para nuestro resumen de la materia que nos piden para computacion.Hubieron varias cosas que no conociamos por ejemplo la decision que habia tomado Hitler.
    Bueno muchas gracias por la info.
    Chau
    Stoppello y Villalba Gallardo
    De Corrientes Capital (Colegio Pio XI)

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  2. Me alegro mucho que os haya servido la información para vuestro trabajo.

    Gracias por la visita y el comentario :D

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