Los aledaños del futuro Parque Olímpico en Londres ocultaban un secreto peligroso. Una bomba alemana de una tonelada y que data de la Segunda Guerra Mundial ha motivado un dispositivo de desactivación sin precedentes, ya que se trata del proyectil de mayor tamaño localizado en la capital británica desde 1975, según el Ministerio de Defensa.
"Es enorme", ha afirmado el portavoz del Ejército, Simon Saunders, en declaraciones a la CNN. Tal es su tamaño que ha interrumpido la construcción del metro y de las líneas ferroviarias, parte de las infraestructuras planificadas de cara a los Juegos Olímpicos de 2012. Los obreros que descubrieron el arma en un primer momento ni siquiera fueron conscientes de la importancia del hallazgo y, ni cortos ni perezosos, la movieron hasta la superficie. "Cuando se dieron cuenta de lo que era, abandonaron el lugar rápidamente", ha afirmado Saunders.
Las autoridades establecieron entonces un cordón de seguridad de más de 200 metros y, por lo que pareció en un primer momento, la bomba podía no haber perdido su potencial destructor. El sonido de un tic tac reveló la existencia al menos de un temporizador, por lo que los efectivos colocaron en las inmediaciones fuertes materiales magnéticos con los que inutilizarlo. En la noche del jueves, el equipo militar comenzó a extraer los explosivos del interior de la bomba tras agujerear el casco con agua a presión.
El proceso debía realizarse con mucho cuidado, debido a que, como reconoció Saunders, la antigüedad del proyectil lo hace "inestable y poco fiable". En cualquier caso, las autoridades ya cuentan con la experiencia de otras localizaciones de la misma índole, puesto que en Europa es común encontrar cada cierto tiempo restos armamentísticos de la Segunda Guerra Mundial. En concreto, en Londres se hallan entre dos o tres al año.
Vía| El País
"Es enorme", ha afirmado el portavoz del Ejército, Simon Saunders, en declaraciones a la CNN. Tal es su tamaño que ha interrumpido la construcción del metro y de las líneas ferroviarias, parte de las infraestructuras planificadas de cara a los Juegos Olímpicos de 2012. Los obreros que descubrieron el arma en un primer momento ni siquiera fueron conscientes de la importancia del hallazgo y, ni cortos ni perezosos, la movieron hasta la superficie. "Cuando se dieron cuenta de lo que era, abandonaron el lugar rápidamente", ha afirmado Saunders.
Las autoridades establecieron entonces un cordón de seguridad de más de 200 metros y, por lo que pareció en un primer momento, la bomba podía no haber perdido su potencial destructor. El sonido de un tic tac reveló la existencia al menos de un temporizador, por lo que los efectivos colocaron en las inmediaciones fuertes materiales magnéticos con los que inutilizarlo. En la noche del jueves, el equipo militar comenzó a extraer los explosivos del interior de la bomba tras agujerear el casco con agua a presión.
El proceso debía realizarse con mucho cuidado, debido a que, como reconoció Saunders, la antigüedad del proyectil lo hace "inestable y poco fiable". En cualquier caso, las autoridades ya cuentan con la experiencia de otras localizaciones de la misma índole, puesto que en Europa es común encontrar cada cierto tiempo restos armamentísticos de la Segunda Guerra Mundial. En concreto, en Londres se hallan entre dos o tres al año.
Vía| El País
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