El Salvador busca el reconocimiento para su ex cónsul en Ginebra, el fallecido José Arturo Castellanos, como "Justo entre las Naciones" por haber salvado la vida de miles de judíos durante la Segunda Guerra Mundial, anunciaron este miércoles las autoridades del país, en la presentación de un documental en Washington.
"Buscamos el reconocimiento para el coronel Castellanos y que reciba el título de "Justo entre las Naciones'", afirmó Ricardo Morán, coordinador de la Comisión de Investigación Histórica del ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador, en una rueda de prensa en Washington.
"Esta es una historia desconocida", precisó Dina Siegel, directora para América Latina del Comité Judío Estadounidense. "El coronel Castellanos ha sido un verdadero héroe, pero desafortunadamente su historia no ha sido contada tanto como lo habríamos deseado".
El cónsul salvadoreño en Ginebra, de 1942 a 1945, junto a su primer secretario George Mandel Mantello, emitió certificados de nacionalidad salvadoreña que permitieron a miles de judíos, principalmente húngaros, evitar los campos de exterminaciones nazis.
Los documentos, calificados por Morán de "certificados de vida", permitieron que sus posesores fueran enviados a campos de detención, donde no corrían tanto peligro. Cuando las tropas aliadas liberaron esos campos, se encontraron con miles de personas que se presentaban como ciudadanos salvadoreños.
El cónsul murió en el olvido y pobre en 1977 en El Salvador, después de haber salvado la vida de cerca de 30.000 judíos, según las estimaciones de las autoridades del país centroamericano.
Como subrayó Morán, para ser considerado un "Justo entre las Naciones", las condiciones principales son: "no ser judío, no haber sacado provecho y haber arriesgado su vida y su trabajo para salvar la vida de judíos durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945)".
La primera condición impide que el primer secretario Mantello reciba esos honores, por ser él mismo judío.
Morán adelantó que viajará "en los próximos días" a Israel para entregar los documentos requeridos ante el Yad Vashem, el instituto que determina si una persona merece el título de "Justo entre las Naciones".
Además de la iniciativa salvadoreña, un documental titulado "La Casa de Cristal", debe contribuir a sacar del olvido al ex cónsul. Realizado por Brad Marlowe y su esposa Leonor Avila, de origen salvadoreño, recoge los testimonios de varios de los judíos salvados por Castellanos, así como los de su hija Frieda García y Enrico Mandel-Mantello, hijo del primer secretario del cónsul.
El título de la película se refiere a la "casa de cristal" que pertenecía a la embajada suiza en Budapest, donde se entregaron los certificados hechos por el cónsul en Ginebra.
En la rueda de prensa, la hija de Castellanos precisó que tardó mucho años en enterarse de lo que había hecho su padre en Suiza.
"Cuando le pregunté por qué no había dicho nada antes, me contestó: 'Cualquier persona en mi posición habría hecho lo mismo'", recordó Frieda García.
"Buscamos el reconocimiento para el coronel Castellanos y que reciba el título de "Justo entre las Naciones'", afirmó Ricardo Morán, coordinador de la Comisión de Investigación Histórica del ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador, en una rueda de prensa en Washington.
"Esta es una historia desconocida", precisó Dina Siegel, directora para América Latina del Comité Judío Estadounidense. "El coronel Castellanos ha sido un verdadero héroe, pero desafortunadamente su historia no ha sido contada tanto como lo habríamos deseado".
El cónsul salvadoreño en Ginebra, de 1942 a 1945, junto a su primer secretario George Mandel Mantello, emitió certificados de nacionalidad salvadoreña que permitieron a miles de judíos, principalmente húngaros, evitar los campos de exterminaciones nazis.
Los documentos, calificados por Morán de "certificados de vida", permitieron que sus posesores fueran enviados a campos de detención, donde no corrían tanto peligro. Cuando las tropas aliadas liberaron esos campos, se encontraron con miles de personas que se presentaban como ciudadanos salvadoreños.
El cónsul murió en el olvido y pobre en 1977 en El Salvador, después de haber salvado la vida de cerca de 30.000 judíos, según las estimaciones de las autoridades del país centroamericano.
Como subrayó Morán, para ser considerado un "Justo entre las Naciones", las condiciones principales son: "no ser judío, no haber sacado provecho y haber arriesgado su vida y su trabajo para salvar la vida de judíos durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945)".
La primera condición impide que el primer secretario Mantello reciba esos honores, por ser él mismo judío.
Morán adelantó que viajará "en los próximos días" a Israel para entregar los documentos requeridos ante el Yad Vashem, el instituto que determina si una persona merece el título de "Justo entre las Naciones".
Además de la iniciativa salvadoreña, un documental titulado "La Casa de Cristal", debe contribuir a sacar del olvido al ex cónsul. Realizado por Brad Marlowe y su esposa Leonor Avila, de origen salvadoreño, recoge los testimonios de varios de los judíos salvados por Castellanos, así como los de su hija Frieda García y Enrico Mandel-Mantello, hijo del primer secretario del cónsul.
El título de la película se refiere a la "casa de cristal" que pertenecía a la embajada suiza en Budapest, donde se entregaron los certificados hechos por el cónsul en Ginebra.
En la rueda de prensa, la hija de Castellanos precisó que tardó mucho años en enterarse de lo que había hecho su padre en Suiza.
"Cuando le pregunté por qué no había dicho nada antes, me contestó: 'Cualquier persona en mi posición habría hecho lo mismo'", recordó Frieda García.
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