Hace una semana os informamos sobre la subasta de una papeleta electoral de las que ayudó a Hitler a hacerse con el poder en Alemania. Pues bien tenemos algunos datos más e imágenes de la misma. Las elecciones de 1933 en Alemania son un incómodo recuerdo. Legitimaron la llegada de Adolf Hitler y el Partido Nazi al poder de forma democrática, y esta papeleta, una de las pocas que se conservan de aquel 5 de marzo, es la viva imagen de la Historia. El próximo 25 de junio sale a la venta en Reino Unido en una subasta para especialistas en documentos históricos. Se espera que la papeleta se venda por 500 libras esterlinas, alrededor de 627 euros.
Casi el 44% de los alemanes respaldaron al partido, logrando 288 escaños en el Parlamento alemán. Poco antes de las elecciones, Marinus van der Lubbe, un comunista holandés, incendió, presuntamente, el Reichstag, un hecho que el partido de Hitler aprovechó y contribuyó decisivamente a la victoria nazi. Tras la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial, los nazis explotaron el antisemitismo, el anticomunismo y el nacionalismo, creando ese caldo de cultivo que terminó cuajando en 1933 y estallando seis años después en la Segunda gran guerra. Lo demás es historia. Ahora sólo se subasta una papeleta. Una papeleta que legitimó muchos crímenes.
Casi el 44% de los alemanes respaldaron al partido, logrando 288 escaños en el Parlamento alemán. Poco antes de las elecciones, Marinus van der Lubbe, un comunista holandés, incendió, presuntamente, el Reichstag, un hecho que el partido de Hitler aprovechó y contribuyó decisivamente a la victoria nazi. Tras la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial, los nazis explotaron el antisemitismo, el anticomunismo y el nacionalismo, creando ese caldo de cultivo que terminó cuajando en 1933 y estallando seis años después en la Segunda gran guerra. Lo demás es historia. Ahora sólo se subasta una papeleta. Una papeleta que legitimó muchos crímenes.
Una papeleta que como dices, legitimó muchos crímenes pero bueno, también hay que ponerse en el lugar de esas gentes que confiaron en su día en Hitler. Simplemente siguieron a esa figura un tanto mesiánica que les prometía aquello que las masas ansiaban: pan y trabajo.
ResponderEliminarHace poquito leí en un libro que acaba de publicar Crítica titulado "Un mundo en guerra. Historia oral de la IIGM" de R. Holmes, el testimonio de un joven afiliado a las Juventudes Hitlerianas que decía algo así como que ahora, en nuestra prosperidad social, el trabajo y el pan ya no significan nada, pero entonces eran necesarios para vivir, y esa promesa sonaba como la promesa del paraíso.
En fín... que ahora que conocemos el desenlace es lógico condenar un régimen como el nacionalsocialista. Sin embargo, en la Alemania de finales de los 20 comprendo a la gente que estaba muy harta ya de la República de Weimar...
Saludos! ;)