Desobedecieron las órdenes del gobierno franquista y no dudaron en poner en riesgo sus vidas para salvar las de centenares de judíos perseguidos por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, tal como desveló La Vanguardia en una reciente serie basada en documentos desclasificados británicos. Los diplomáticos Julio Palencia, Bernardo Rolland de Miota y Sebastián de Romero Radigales fueron los Schindler españoles, y pronto obtendrán reconocimiento internacional por su labor en Francia, Grecia y Bulgaria, gracias a la investigación que ha puesto en marcha en Israel la Fundación Raoul Wallenberg.
Esta organización no gubernamental, fundada hace diez años en homenaje a un diplomático sueco desaparecido en enero de 1945 tras ayudar a huir de los nazis a decenas de miles de judíos, lleva meses recopilando información, escritos y testimonios directos de las acciones de los tres diplomáticos españoles. La investigación está siendo dirigida por el doctor Mordejai Paldiel, ex director del departamento de Justos de Yad Vashem, el Museo del Holocausto de Israel, y su objetivo no es otro que el de honrar la figura de estos tres hombres y que su labor pase a formar parte del programa educativo que la fundación desarrolla en escuelas de Israel y Argentina. Y esperan que pronto se pueda llevar a cabo también en España.
Asimismo, una vez den por concluida la investigación, presentarán sus resultados ante el Yad Vashem, institución oficial israelí constituida en memoria de las víctimas del holocausto, para que puedan ser declarados justos entre las naciones. Es un reconocimiento que Israel otorga a los no judíos que en su momento dieron a los judíos un trato humano o los ayudaron de forma significativa. En este sentido, Israel, mediante un artículo de la ley de Recuerdo del Holocausto, legislada por la Kneset (el Parlamento israelí) en 1953, señala la obligación de conmemorar a aquellos que salvaron a judíos en la época del holocausto. Una de las personas que han recibido este reconocimiento póstumo fue el alemán Oscar Schindler, cuya historia fue llevada al cine en 1993 en la galardonada película de Steven Spielberg La lista de Schindler.Los españoles que hasta la fecha han sido nombrados justos son los diplomáticos Ángel Sanz Briz, Eduardo Propper de Callejón, José Ruiz Santaella y la esposa de este, Carmen Schrader.
Los tres diplomáticos españoles que van a ser honrados por la Fundación Raoul Wallenberg son un ejemplo de esas personas que con sus actos aportaron un poco de luz entre la tinieblas de la Segunda Guerra Mundial. Julio Palencia salvó a más de 600 judíos búlgaros, la mayoría de ellos de origen sefardí, de una muerte segura en los campos de concentración nazi. Bernardo Rolland de Miota, cónsul general en París en 1939, se distinguió por su defensa de los judíos incluso llegando a enfrentarse con su embajador, José Félix Lequerica. Sebastián de Romero Radigales, cónsul general de España en Atenas en 1943, salvó la vida de medio millar de judíos que iban a ser trasladados al campo de concentración de Bergen-Belsen. Tres héroes cuyas gestas, letra pequeña de una gran historia, salen poco a poco del anonimato.
Vía| La Vanguardia
Esta organización no gubernamental, fundada hace diez años en homenaje a un diplomático sueco desaparecido en enero de 1945 tras ayudar a huir de los nazis a decenas de miles de judíos, lleva meses recopilando información, escritos y testimonios directos de las acciones de los tres diplomáticos españoles. La investigación está siendo dirigida por el doctor Mordejai Paldiel, ex director del departamento de Justos de Yad Vashem, el Museo del Holocausto de Israel, y su objetivo no es otro que el de honrar la figura de estos tres hombres y que su labor pase a formar parte del programa educativo que la fundación desarrolla en escuelas de Israel y Argentina. Y esperan que pronto se pueda llevar a cabo también en España.
Asimismo, una vez den por concluida la investigación, presentarán sus resultados ante el Yad Vashem, institución oficial israelí constituida en memoria de las víctimas del holocausto, para que puedan ser declarados justos entre las naciones. Es un reconocimiento que Israel otorga a los no judíos que en su momento dieron a los judíos un trato humano o los ayudaron de forma significativa. En este sentido, Israel, mediante un artículo de la ley de Recuerdo del Holocausto, legislada por la Kneset (el Parlamento israelí) en 1953, señala la obligación de conmemorar a aquellos que salvaron a judíos en la época del holocausto. Una de las personas que han recibido este reconocimiento póstumo fue el alemán Oscar Schindler, cuya historia fue llevada al cine en 1993 en la galardonada película de Steven Spielberg La lista de Schindler.Los españoles que hasta la fecha han sido nombrados justos son los diplomáticos Ángel Sanz Briz, Eduardo Propper de Callejón, José Ruiz Santaella y la esposa de este, Carmen Schrader.
Los tres diplomáticos españoles que van a ser honrados por la Fundación Raoul Wallenberg son un ejemplo de esas personas que con sus actos aportaron un poco de luz entre la tinieblas de la Segunda Guerra Mundial. Julio Palencia salvó a más de 600 judíos búlgaros, la mayoría de ellos de origen sefardí, de una muerte segura en los campos de concentración nazi. Bernardo Rolland de Miota, cónsul general en París en 1939, se distinguió por su defensa de los judíos incluso llegando a enfrentarse con su embajador, José Félix Lequerica. Sebastián de Romero Radigales, cónsul general de España en Atenas en 1943, salvó la vida de medio millar de judíos que iban a ser trasladados al campo de concentración de Bergen-Belsen. Tres héroes cuyas gestas, letra pequeña de una gran historia, salen poco a poco del anonimato.
Vía| La Vanguardia
Vaya con los de “La Vanguardia”…
ResponderEliminarDicen que estos diplomáticos españoles “desobedecieron las órdenes del gobierno franquista…”. Pues por ahí van mal. No dudo que fuese arriesgada la labor de estos hombres pero creo que les resultó beneficiosa la política franquista para poder poner a salvo a los judíos.
El caso que mas conozco es el del español Ángel Sanz Briz, diplomático en Budapest, que logró poner a salvo a 5.200 judíos.
Este tipo se ganó a las autoridades húngaras para que aceptaran su protección sobre 200 judíos de origen sefardí, a los que el Régimen de Franco reconoció su derecho a la nacionalidad española.
Las 200 unidades concedidas las convirtió en 200 familias; y éstas se multiplicaron indefinidamente con el simple procedimiento de no expedir documento o pasaporte alguno a favor de los judíos que llevase un número superior al 200.
En realidad solo 200 eran de origen español, pero de las medidas franquistas se beneficiaron 5000 judíos que no eran de nacionalidad española.
Mientras que países como Francia enviaban a sus judíos a los campos facilitándole las cosas a Alemania, en la España franquista aunque resulte sorprendente, se protegían.
Saludos!!! ;)
Bueno, digamos que hiceron un buen uso del gobierno franquista... quizás el mejor uso.
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